Gary Becker y la economía del matrimonio

BeckerProfesor, ¿no está usted exagerando cuando dice que algunas personas se casan para mejorar su situación económica?

G. B.: No, no lo creo así… ¿Es usted casado?

No, aún no.

G. B.: ¿Y por qué no se ha casado?

Porque no he encontrado a la persona con quien hacerlo.

G. B.: Muy bien, entonces usted no puede encontrar a la persona que pueda mejorar su situación.

Bueno, yo no busco una persona para mejorar mi situación; es simplemente porque no encuentro a la persona indicada.

G. B.: Pero es que la persona forma parte de su mejoramiento, de su desarrollo. Cuando yo digo “mejorar”, no quiero decir simplemente enriquecerse, quiero decir que se trata de encontrar a alguien que ayudará a que su vida sea más feliz.  Simplemente, más feliz. Y usted no ha encontrado a la persona que hará su vida más feliz. Eso es lo que yo quiero mejorar. Hacer su vida más feliz. Las personas se casan cuando la utilidad esperada en el matrimonio excede la utilidad esperada de quedar soltero.

¿Y esa misma lógica puede aplicarse a las personas que se divorcian?

G. B.: En efecto, las parejas se divorcian cuando la utilidad de estar casadas cae por debajo de la utilidad esperada de estar divorciadas, cuando ellos ya no obtienen ningún placer de estar casados. Es decir, los buenos matrimonios están basados sobre las buenas decisiones de negocios. Cuando yo digo que las personas se divorcian, quiero decir que las personas hacen eso porque se dan cuenta que, bueno, no son muy felices ahora, y quizás puedan encontrar a otra persona que los haga felices. Ese es el sentido de lo que yo digo por mejorar. En parte, es su caso. Yo diría que mi teoría se aplica a su comportamiento. Usted  todavía no ha encontrado a alguien que pueda hacer su vida más feliz.

¿Y no hay algún espacio para el amor en toda esta discusión?

G. B.: Por supuesto, en muchos matrimonios hay un elemento de amor, de afecto. Yo no creo que haya simplemente una relación de negocios. Hay amor, algunas veces odio. Hay culpabilidad, obligación, y esas cosas entran al matrimonio, pero al mismo tiempo hay transacción porque las personas hacen diferentes cosas que son parte de un negocio. En todo caso, ¿se trataría de una relación entre la felicidad y la economía?

G. B.: Es que el término economía es muy amplio. No es sólo dinero. Es también amor. Yo he hablado de cosas como el amor, la obligación. La compatibilidad sexual; todas estas cosas deben entrar dentro de la economía. Eso es lo que quiero recoger de la economía. Yo trato de expandir los límites de lo que es la economía no sólo de dinero, no sólo de dólares o centavos.

Pero a nivel mundial, sería muy difícil incluir todo esto en la economía.

G. B.: Claro, porque en el mundo la economía es más importante que el amor. Si el Perú realiza un intercambio comercial con un vecino, no lo va hacer por amor, sino porque está esperando mejorar su situación. Lo mismo que pasa en Estados Unidos. ¿Usted cree que nosotros firmamos acuerdos porque amamos a México y Canadá? No. Ellos tampoco lo hicieron porque nos aman. Nosotros lo hicimos porque pensamos que podíamos mejorar nuestro comercio con ese acuerdo. Y así, mucho de lo que se hace alrededor del mundo no es por amor. Parte del mundo es amor; dentro de la familia, por ejemplo. Adam Smith, el más famoso de los economistas, dijo en 1776 que en la mayoría del mundo usted no puede conseguir las cosas basado sobre el amor sino sobre la base de la creencia de que cada persona mejorará con el intercambio. Y en todo el mundo es así. No es por amor.

Entrevista al Premio Nobel de Economía 1992: Gary Becker y la Economía del Sentido Común.
Por: FERNÁNDEZ-BACA, Jorge.
Revista de Derecho Themis. N°25, pg. 50.

4 comentarios en “Gary Becker y la economía del matrimonio

  1. En realidad lo que dice Becker no es otra cosa que lo que conocemos como el primer axioma de la praxeología: «Toda persona busca sustituir una situación insatisfactoria por otra más satistactoria». No parecería tener razón cuando sostiene que el amor es un aspecto secundario con relación al interés por obtener una mejora utilitaria. Los católicos, por ejemplo, creemos que por amor también hay que estar dispuesto a perder o a perjudicar nuestro propio y personal interés. Sobre todo en lo más difícil, en el amor al prójimo, al desconocido que necesita nuestra ayuda. Aunque, reconozcámoslo, también con ese gesto estamos obteniendo una satisfacción espiritual que mejora nuestro bienestar personal aunque nos perjudique económicamente. La propia Iglesia habla del «egoísmo sagrado de San Agustín», que era capaz de darlo todo, incluso su vida, por alcanzar algo para él mucho más valioso: el reino de los cielos. San Agustín también planeaba «egoístamente» mejorar su situación. En definitiva: Gary Becker tiene razón, pero no hace sino que repetir lo que escribe hasta el cansancio von Mises en La Acción humana.

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  2. Coincido plenamente con Enrique. Cuando lo leí, lo primero que pensé fue que Mises planteaba lo mismo. Pero Gary Becker fue más allá. Mostró que el análisis económico aplica a todos los mercados, incluso el de los órganos humanos, las drogas, la discriminación, el crimen organizado, etc. Una vez que aceptamos ver el mundo desde el análisis económico, nos damos cuenta que la aplicación de sus leyes y teoremas van más allá de las fronteras que inicialmente suponíamos para la disciplina.

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  3. La economía según lo relatado no es solo tratado de dinero y riqueza adquisitiva, de hecho incluye al amor en la misma, aunque en las relaciones afectivas, que es como se muestra. por ejemplo en el sexo hay un intercambio de placer y muchas veces llega a ser egoísta, muchas veces adoptamos el «yo gano, me importa si tu también ganas o no» y sencillamente resulta un ganador y un perdedor cuando tomamos esta decisión en la mayoría de los casos. En el mundo fuera de lo afectivo la realidad puede ser semejante con esto último; Existe un interés individual por poseer algún atributo como recompensa por alguna acción del mercado por ejemplo y no es indiferente la cuestión del «yo gano y tu pierdes», o me importa si ganas o no;Si miramos con detalle esto ocurre rompiendo los principios y ética en las relaciones humanas ya que no existe ningún negocio o esta ausente el «yo gano, tu también ganas y felices los dos».

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  4. Pingback: Felicidades de parte de PVE (resumen estadístico) | Punto de Vista Economico

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